El alimento del cuerpo es la luz del sol, una dieta sana y el movimiento. El movimiento es necesario en todas las etapas de nuestra vida y el embarazo no queda fuera.
Ejercitarnos durante el embarazo tiene muchas ventajas: en la medida que nos movamos, acompañaremos y tomaremos consciencia de nuestro cuerpo en los cambios de equilibrio, capacidad respiratoria y las diferentes molestias derivadas de los cambios propios de esta etapa. Además de que el ejercicio hace que nuestro cuerpo secrete endorfinas, una potente analgésico que contribuye a nuestro bienestar.
Si no tenemos tiempo para hacer una actividad específica, siempre podemos caminar a buen ritmo o nadar que son ejercicios muy completos y de bajo impacto o posibilidad de lesión.
Hacer una actividad específica para embarazadas, nos permitirá conocer a otras mujeres en situación similar a la nuestra. También podremos aliviar o mejorar molestias del embarazo como la retención de líquidos, el estreñimiento o la mala circulación.
A la hora de ejercitarnos deberíamos tener algunas precauciones:
• Tener un especial cuidado con los deportes con impacto como el tenis, por evitar accidentes o posibles lesiones derivadas de los cambios hormonales que hacen que nuestras articulaciones sean más flexibles.
• Prestar atención al suelo pélvico y evitar ejercicios como saltar en una cama elástica o practicar jogging que le sobreexigen esta musculatura.
• Es importante puntualizar que hay embarazos en lo que el ejercicio estará contraindicado, en este caso se recomienda seguir las indicaciones del profesional que controla el embarazo.
Con algunos cuidados, el ejercicio durante el embarazo puede ser una gran oportunidad de conocer mejor a nuestro cuerpo.
Ximena Silva, Embarazo activo